- ¡Ya está bien! ¡Haced el favor de callar y poneros a estudiar!, grita Satur. Hoy es miércoles ¿sabes? Y los miércoles no tienen escuela por la tarde, se explica dirigiéndose a mí.

A mediodía, cuando estábamos comiendo uno de los niños se ha acercado a la puerta del comedor diciendo:

- Dothidjo. Way, wayi. (Anciano, ven, ven)

Los ancianos estaban tomando un aperitivo para celebrar nuestro encuentro, pero el dothidjo, nuestro compañero Paul, ha salido como propulsado por un resorte.

- ¿Has visto?, me dice Satur. Paul es todo ternura hacia los niños. Hacen lo que quieren de él.

Al poco rato aparece Paul con rostro enfurruñado y murmurando:

- No hay derecho. Otra vez el maestro que ha pegado a un niño. Pero esta vez se ha pasado, el niño no puede andar. Lo voy a llevar al médico y le voy a pedir un certificado para presentarlo a la dirección de la enseñanza. Ya es la tercera vez que protestamos a la dirección del colegio sin resultado.

Por la tarde ha recibido el parte médico que resume:

- Si esto lo presenta a la dirección departamental de la familia el maestro va directamente a la cárcel. Le ha azotado con un cable eléctrico y tiene una herida de quince centímetros... Es grave.

Por la tarde le anuncian que un niño peul, al que estaban tratando en Ina, ha muerto. Paul carraspea con dificultad..

Rafael Marco, sma.